El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la limitación del uso de Tylenol —marca comercial del paracetamol— en mujeres embarazadas y recién nacidos, argumentando que el medicamento estaría vinculado al aumento de casos de autismo, pese a que la comunidad médica internacional lo considera seguro.
Durante su discurso, Trump repitió más de diez veces la frase: “no consuman Tylenol, no se lo den a los niños”, y aseguró que su Administración exigirá etiquetas de advertencia en los puntos de venta. Según el mandatario, 1 de cada 31 niños en Estados Unidos es diagnosticado con trastorno del espectro autista (TEA), cifra que utilizó para justificar la medida.
Reacciones médicas a la decisión de Trump
El Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos criticó inmediatamente la decisión, señalando que el paracetamol es seguro durante el embarazo y que suspenderlo podría generar riesgos mayores para la salud de las madres y los bebés.
El epidemiólogo Eric Ding también desmintió la postura de Trump citando un estudio realizado en Suecia y Estados Unidos con 2.4 millones de niños, donde se concluyó que no existe relación entre el uso de paracetamol durante el embarazo y el autismo o la discapacidad intelectual.
Sin embargo, algunos estudios como el publicado por la Escuela de Medicina Icahn del Mount Sinai sugieren que la exposición prenatal al paracetamol podría estar asociada con trastornos del neurodesarrollo, aunque los expertos insisten en que no hay evidencia concluyente.
Tylenol responde a Trump
La farmacéutica Kenvue, productora de Tylenol, rechazó las declaraciones y advirtió que la postura de Trump pone en riesgo la salud de millones de madres y recién nacidos. La compañía recordó que Tylenol es uno de los analgésicos más usados en Estados Unidos, con más de mil millones de dólares en ventas anuales, y que ha sido considerado seguro durante décadas.
Con esta medida, el presidente Trump reaviva el debate entre política, ciencia y salud pública, al vincular un medicamento esencial con el autismo sin pruebas concluyentes, generando preocupación entre médicos, científicos y consumidores.