El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, lanzó este lunes una advertencia directa al presidente ruso, Vladímir Putin: si no se alcanza un acuerdo de paz en Ucrania en los próximos 50 días, su administración impondrá aranceles de hasta el 100 % contra Rusia. La declaración fue realizada durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, en el marco de la visita del secretario general de la OTAN, Mark Rutte.
“Estoy muy, muy descontento con Putin”, expresó Trump, quien aseguró que su objetivo es forzar al líder ruso a sentarse a negociar un alto el fuego con Ucrania. Aunque no detalló cómo se aplicarían los gravámenes, mencionó que serían «secundarios», lo que implicaría sanciones dirigidas a terceros países que mantengan relaciones comerciales con Moscú.
La advertencia se da en un contexto tenso, luego de que Trump anunciara el envío de sistemas antimisiles Patriot a Ucrania, aunque aclaró que el costo de estos equipos será cubierto por los socios europeos de la Alianza Atlántica. Estos sistemas defensivos han sido solicitados por Kiev desde hace meses para enfrentar los bombardeos rusos, y su operación requiere un entrenamiento especializado.
Durante su intervención, Trump reiteró que el comercio puede ser una herramienta eficaz para “poner fin a las guerras” y defendió su liderazgo al afirmar que ha contribuido a resolver conflictos en regiones como Ruanda, el Congo, Kosovo y la península india. Aunque sus afirmaciones han sido recibidas con escepticismo, reflejan su enfoque económico en la política exterior.
Por su parte, Rutte elogió a Trump por su liderazgo y reiteró el compromiso de los países europeos para incrementar el gasto en defensa, como se pactó en la cumbre de la OTAN en Países Bajos. En esa ocasión, incluso calificó de “histórico” el bombardeo a Irán del pasado 21 de junio, apoyado por todos los aliados salvo España.
En paralelo, Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, sostuvo una reunión en Kiev con el enviado especial de Trump, Keith Kellogg, donde discutieron la posibilidad de un alto el fuego, el suministro de drones y armamento adicional para las fuerzas ucranianas. El comunicado de la oficina presidencial subrayó que la conversación también abordó la producción conjunta de drones y la compra directa de equipos militares.
Este nuevo giro en la política exterior estadounidense marca un cambio de tono y abre la puerta a nuevas presiones económicas contra Rusia, en un intento por acelerar una solución diplomática al conflicto en Ucrania. Con el Congreso estadounidense y la OTAN atentos al desarrollo, se espera que las próximas semanas sean clave para definir el rumbo del conflicto y las relaciones geopolíticas en Europa del Este.