La cadena Costco volvió a captar la atención del mercado al vender un dupe de los pantalones Lululemon ABC por solo 20 dólares a través de su marca privada Kirkland Signature, lo que generó una oleada de compras y agotó el producto en tiempo récord. El fenómeno se potenció aún más tras una demanda por plagio presentada por Lululemon, que, lejos de frenar el éxito de Kirkland, le otorgó visibilidad viral.
Los llamados “dupes” —productos que imitan versiones premium a precios accesibles— se han convertido en una herramienta clave del retail moderno. En este caso, el pantalón Kirkland reproduce atributos de los modelos Lululemon de 128 dólares, lo que generó tanto controversia legal como entusiasmo en redes sociales y foros de consumidores.
Kirkland: una marca que crece sin campañas aspiracionales
Desde su creación en 1995, Kirkland Signature ha revolucionado el concepto de marca privada. Su estrategia se basa en ofrecer calidad sin adornos, sin storytelling emocional ni publicidad tradicional. Su enfoque directo y precios bajos han ganado la confianza del consumidor, consolidando a Kirkland como un imperio de más de 86,000 millones de dólares en ventas anuales, superando a Procter & Gamble y compitiendo con gigantes como LVMH.
Kirkland abarca desde básicos como papel higiénico y frutos secos hasta productos inesperados como vino, lentes, ropa deportiva e incluso sushi. Cada lanzamiento responde a una filosofía estricta: si no cumple estándares de calidad, se elimina del catálogo.
Una marca que disciplina al mercado y fideliza al consumidor
Más allá de su rentabilidad, Kirkland condiciona a la competencia. Su sola presencia reduce márgenes, presiona proveedores y obliga a otras marcas a mejorar su relación calidad-precio. Además, refuerza el valor de la membresía anual de Costco, que cuesta 60 dólares en Estados Unidos, generando lealtad en lugar de simples visitas ocasionales.
En un entorno dominado por redes sociales, influencers y campañas millonarias, el caso Kirkland demuestra que la confianza, el volumen y el efecto boca a boca pueden ser más efectivos que el marketing tradicional. Incluso una demanda legal puede convertirse en una oportunidad de branding.
Lecciones para marcas mexicanas y latinoamericanas
El auge de Kirkland invita a las empresas de Latinoamérica a repensar el potencial de las marcas propias o private label, no solo como opción económica, sino como una herramienta para competir, fidelizar y construir reputación.
En un mercado donde el consumidor busca calidad, buen precio y autenticidad, “te damos lo mejor, por menos” podría ser el mensaje más poderoso.