El gigante del lujo Moët Hennessy Louis Vuitton (LVMH) enfrenta uno de sus trimestres más desafiantes, con una caída del 9% en su división de moda y marroquinería durante el segundo trimestre de 2025, superando las previsiones de los analistas que estimaban un descenso del 7.8%. Esta baja refleja un enfriamiento del consumo de productos de alta gama, como bolsos de Louis Vuitton y chaquetas de Dior, particularmente en China y Japón, mercados que tradicionalmente han impulsado el crecimiento de la marca.
En los últimos 12 meses, las acciones de LVMH han perdido un 28% de su valor, y en abril de este año, la compañía perdió su título como la empresa más valiosa de Francia, superada por Hermès International SCA.
La caída de ventas en Japón, del 28%, contrasta con el crecimiento de 57% en el mismo periodo del año pasado, cuando turistas chinos aprovecharon la depreciación del yen para hacer compras. En paralelo, las ventas en China también descendieron, mientras que en Estados Unidos se mantuvieron estables gracias al consumo interno y a productos como el champán Hennessy.
En cuanto al beneficio operativo recurrente, LVMH reportó 9 mil millones de euros en el primer semestre de 2025, una reducción del 15% respecto al año anterior, pero ligeramente por encima de las expectativas del mercado.
Mientras tanto, Dior atraviesa una transición creativa con el nombramiento de Jonathan Anderson como nuevo director artístico, quien presentará su primera colección en otoño. La compañía espera que estos cambios refresquen su portafolio y mejoren su desempeño en la segunda mitad del año.
A pesar del entorno complejo, Bernard Arnault, presidente de LVMH, se muestra optimista. La empresa planea abrir una nueva planta de Louis Vuitton en Texas, sumándose a las tres ya existentes en Estados Unidos, como estrategia para amortiguar los posibles efectos de nuevos aranceles.