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Boing pide apoyo al gobierno ante nuevo impuesto de 3 pesos por litro a bebidas azucaradas

La Cooperativa Pascual, productora de la tradicional bebida Boing, solicitó al Congreso de la Unión apoyo económico dentro del Presupuesto de Egresos 2026 para garantizar su permanencia, ante el impacto que tendrá el nuevo impuesto de 3 pesos por litro a las bebidas azucaradas, incluido en la miscelánea fiscal del Paquete Económico 2026.

El nuevo gravamen, aprobado el pasado 15 de octubre, forma parte de una estrategia federal para incrementar la recaudación en más de 157 mil millones de pesos. El paquete contempla 26 nuevos impuestos y aumentos de cuotas, que afectan sectores como las bebidas con edulcorantes no calóricos, el tabaco, las apuestas y los videojuegos violentos.

Los dirigentes de la cooperativa, Eduardo Martínez Cruz y Adrián Neri, advirtieron que este incremento podría afectar severamente las ventas de la empresa, recordando que el primer IEPS aplicado en 2014 provocó una caída del 50 % en sus ingresos.

“El Boing ha sobrevivido más de 40 años gracias al esfuerzo de sus cooperativistas. Es una bebida mexicana elaborada con azúcar de caña y pulpa natural de fruta; merece una oportunidad para mantenerse y crecer”, señaló José Luis Sánchez, asesor económico de la cooperativa.

Fundada en 1985, tras un histórico conflicto laboral que derivó en la compra de la planta por los propios trabajadores con apoyo del ingeniero Heberto Castillo, la Cooperativa Pascual ha logrado sostenerse con poco respaldo gubernamental a las empresas de economía social.

Con la nueva carga fiscal, la empresa advierte que su principal reto será mantener los empleos y la producción nacional frente al dominio de las corporaciones extranjeras, que controlan el 98 % del mercado de bebidas en México.

Actualmente, Pascual tiene solo el 2 % del mercado refresquero, mientras que compañías como Coca-Cola y Pepsi utilizan jarabe de maíz de alta fructosa, un edulcorante más barato que el azúcar de caña, lo que les permite absorber mejor los gravámenes gracias a su escala de producción y poder de mercado.

El uso del jarabe de maíz ha sido objeto de controversia por sus posibles efectos en la salud, pues se le asocia con riesgos de obesidad, diabetes y síndrome metabólico. No obstante, algunos estudios señalan que sus efectos metabólicos son similares a los del azúcar tradicional.

En contraste, Boing defiende su modelo productivo basado en ingredientes naturales y empleo cooperativo, al considerarse una alternativa nacional frente a las transnacionales refresqueras.