Los robots domésticos (aspiradoras inteligentes, trapeadores, limpiavidrios, asistentes) han entrado a tu hogar para no salir de él nunca más, al menos eso es lo que creen las empresas que desarrollan estos dispositivos inteligentes, un mercado valorado en casi 8 mil millones de dólares y que podría crecer a los 19 mil millones en los próximos cinco años, según la consultora Mordor Intelligence.
“Con el concepto de hogar inteligente en rápido crecimiento, se espera que la robótica desempeñe un papel crucial en el ecosistema general del hogar inteligente”, destacó dicha consultora.
Pero, acotó, “los costos más altos de adquisición y mantenimiento de estos robots se encuentran entre los factores importantes que desafían el crecimiento del mercado”.
Las aspiradoras inteligentes son quizá uno de los robots domésticos más conocidos cuyo uso está más generalizado. Y claro, los usuarios han encontrado ventajas en tener un dispositivo inteligente que aspire el polvo mientras ellos dedican ese tiempo a otra actividad, pero estos aparatos no solo aspiran el polvo, también los datos personales de sus ‘dueños’.

ESET, compañía de seguridad informática, explicó que “para evitar los obstáculos, (las aspiradoras inteligentes) están equipadas con sensores, GPS o incluso cámaras, así como cada vez son más efectivas en aspirar el polvo, también lo son en algo más: recolectar datos personales”.
“Casos como las imágenes filtradas de una mujer sentada en el inodoro plantean preguntas sobre cuánto saben este tipo de dispositivos sobre sus usuarios y, lo que es más importante, qué está enviando a otra persona el electrodoméstico de uso cada vez más común”, advirtió.
La compañía de ciberseguridad refirió que a principios del año pasado “MIT Technology Review adquirió fotos personales de hogares y fotos íntimas capturadas desde ángulos bajos que, según la publicación, fueron tomadas por una versión de desarrollo de la serie Roomba J7 de iRobot, uno de los proveedores de aspiradoras robot más destacados del mundo”.
iRobot confirmó que estas imágenes fueron capturadas por su Roombas en 2020 como parte de un proceso de investigación y desarrollo para su producto que implicó grabar a trabajadores que tenían conocimiento de ello: las imágenes eran enviadas a Scale AI, para nutrir a la inteligencia artificial que ayudaría iRobot a reconocer más objetos y obstáculos.
