Ticketmaster y su empresa matriz, Live Nation, enfrentan una nueva demanda en Estados Unidos por presuntas prácticas ilegales de reventa de entradas que habrían afectado a millones de consumidores.
¿De qué se les acusa?
De acuerdo con la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), ambas compañías habrían coordinado acuerdos con intermediarios para obtener entradas en el mercado primario y luego revenderlas en el mercado secundario con márgenes sustanciales de ganancia.
La FTC sostiene que Ticketmaster utilizó tácticas de precios engañosas, generando cientos de millones de dólares en ingresos ilícitos. Estas prácticas, según la acusación, costaron a los consumidores miles de millones en precios inflados y tarifas adicionales.
La demanda y el contexto legal
La demanda fue presentada ante un tribunal federal de California y replicada en otros siete estados, incluyendo Florida, Illinois y Virginia.
El presidente de la FTC, Andrew N. Ferguson, recordó que la Orden Ejecutiva de Donald Trump, emitida en marzo de 2025, establece como prioridad del gobierno federal la protección de los consumidores frente a estafas en la compra de boletos.
La orden también busca combatir el uso de programas automatizados o bots que acaparan entradas para revenderlas posteriormente a precios más altos.
El poder de Ticketmaster en el mercado
Con más del 80% del control de las entradas principales en grandes conciertos, Ticketmaster es el líder indiscutible en el sector. Entre 2019 y 2024, los consumidores gastaron más de 82,600 millones de dólares en su plataforma, según cifras oficiales de la FTC.
Sin embargo, críticos sostienen que este dominio contradice los límites de venta establecidos y perjudica directamente a los consumidores.
Antecedentes
Esta no es la primera vez que Ticketmaster enfrenta acusaciones. En agosto de 2024, el gobierno estadounidense modificó una demanda previa contra Live Nation para solicitar compensaciones a los usuarios afectados por el supuesto monopolio ilegal de la compañía.
La resolución de esta nueva demanda podría tener un impacto significativo en el futuro del mercado de boletos para espectáculos en vivo, donde cada vez más consumidores exigen precios justos y transparencia.










