Rusia desarrolla vacuna contra el cáncer con tecnología de ARN mensajero e inicia ensayos clínicos

El Instituto Gamaleya, reconocido por la creación de la vacuna Sputnik V contra el COVID-19, ha anunciado un avance científico que podría transformar el tratamiento del cáncer. Se trata de una vacuna experimental diseñada para entrenar el sistema inmunológico y combatir células tumorales de forma específica, utilizando tecnología de ARN mensajero (mRNA).

El cáncer continúa siendo una de las principales causas de muerte a nivel mundial, con alrededor de 9.1 millones de decesos anuales según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ante este panorama, el desarrollo de terapias innovadoras es crucial para reducir el impacto de la enfermedad.

Un avance contra el cáncer, no una cura definitiva

De acuerdo con Alexánder Guíntsburg, director del Instituto Gamaleya, los primeros pacientes podrán recibir la vacuna de manera experimental en los próximos meses. Este fármaco no representa una cura absoluta, pero sí una herramienta para ayudar al organismo a reconocer y eliminar células cancerosas antes de que se propaguen.

La vacuna se basa en el análisis genético del tumor de cada paciente, lo que permite diseñar un tratamiento personalizado. A través de inteligencia artificial, se identifican los neoantígenos —proteínas únicas del tumor— y se desarrolla una vacuna de ARN mensajero encapsulada en nanoestructuras lipídicas. Esta tecnología facilita que el medicamento llegue a las células humanas y potencie la respuesta inmunitaria.

Primeros ensayos y objetivos futuros

En esta etapa inicial, los ensayos clínicos se centrarán en pacientes con melanoma, un tipo de cáncer de piel altamente agresivo y con alto potencial de metástasis. A diferencia de otros tumores cutáneos como el basalioma, el melanoma presenta mutaciones constantes, lo que lo convierte en uno de los más letales.

Si los resultados son positivos, se prevé ampliar el uso de la vacuna para combatir otros tipos de cáncer, ofreciendo un nuevo horizonte en la oncología personalizada.

Rusia restringe llamadas de WhatsApp y Telegram para combatir delitos y estafas

El gobierno de Rusia anunció la imposición de restricciones a las llamadas en las aplicaciones de mensajería WhatsApp y Telegram, argumentando que la medida es necesaria para combatir la delincuencia y frenar el aumento de estafas digitales. La decisión fue comunicada por el organismo regulador Roskomnadzor a través de medios estatales como RIA, TASS e Interfax.

Según el regulador, estas plataformas extranjeras se han convertido en los principales canales utilizados por delincuentes para engañar, extorsionar y reclutar ciudadanos en actividades ilícitas, incluyendo sabotaje y terrorismo. A pesar de las advertencias, ambas compañías habrían ignorado las exigencias de implementar medidas de seguridad más estrictas.

Roskomnadzor aclaró que la restricción solo afectará las llamadas de voz y video, sin limitar otras funciones de mensajería de WhatsApp y Telegram. Además, recordó que desde 2024 Rusia opera un sistema antifraude que bloquea llamadas falsas en redes telefónicas tradicionales, lo que ha llevado a que los estafadores migren a las plataformas de mensajería.

Las quejas de los usuarios comenzaron a multiplicarse el pasado fin de semana, reportando fallos en las llamadas. El diputado Antón Nemkin, coordinador del proyecto Rusia Digital, señaló que los ataques de estafadores a usuarios de WhatsApp en 2024 crecieron 3,5 veces, con miles de cuentas hackeadas y casos de phishing y robo de datos.

El Ministerio de Desarrollo Digital de Rusia considera que la medida podría reducir significativamente las llamadas fraudulentas. El regulador indicó que el servicio de llamadas podría restablecerse si las plataformas cumplen con la legislación rusa.

De acuerdo con el Ministerio del Interior, más de 448.000 rusos fueron víctimas de fraude en línea en 2024, con pérdidas que superan los 200.000 millones de rublos (unos 2.000 millones de dólares). Ante este panorama, el gobierno también ha impulsado herramientas como el “autobloqueo” de créditos para prevenir fraudes financieros.

Con estas acciones, Rusia busca reforzar la seguridad digital y reducir la incidencia de delitos cibernéticos en el país, aunque la medida ha generado debate sobre su impacto en la libertad de comunicación.