Robert F. Kennedy Jr. anuncia investigación global para determinar causas del aumento del autismo

El secretario de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció el lanzamiento de un esfuerzo de investigación masivo para determinar las causas detrás del aumento de casos de autismo en el país. Durante una reunión de gabinete con el presidente Donald Trump, Kennedy aseguró que para septiembre de este año se esperan resultados concluyentes sobre los factores que podrían estar contribuyendo a lo que calificó como una «epidemia de autismo».

El plan contempla la participación de cientos de científicos de todo el mundo, aunque varios expertos han expresado escepticismo respecto a la objetividad de la investigación. Kennedy ha sido criticado previamente por su postura que vincula, sin respaldo científico sólido, las vacunas con el autismo.

Según cifras recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), uno de cada 36 niños en Estados Unidos ha sido diagnosticado con trastorno del espectro autista, un aumento considerable respecto a la cifra de 1 en 150 registrada en el año 2000. Factores como mejores diagnósticos, mayor conciencia pública y ampliaciones en los criterios de evaluación explican, en gran medida, este crecimiento. Las investigaciones científicas han confirmado que las vacunas no causan autismo, un consenso respaldado por instituciones como el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental.

No obstante, la nueva iniciativa impulsada por Kennedy plantea preocupaciones. Críticos como la Sociedad de Autismo de Estados Unidos y expertos en salud pública señalan la falta de transparencia y el riesgo de que los resultados estén condicionados por teorías infundadas. Además, cuestionan el plazo de cinco meses para concluir una investigación de tal magnitud, considerando los recortes presupuestales recientes en agencias como los NIH y el alejamiento de alianzas con la Organización Mundial de la Salud.

El Dr. Peter Hotez, reconocido especialista en vacunas, recordó que «el autismo tiene raíces en el desarrollo fetal temprano» y advirtió que cualquier intento de culpar factores externos recientes, como las vacunas, carece de sustento científico.

Mientras tanto, defensores de la comunidad del autismo llaman a enfoques basados en ciencia rigurosa y éticamente responsables, evitando alimentar desinformación que podría poner en riesgo la salud pública.