Estados Unidos aprueba impuesto del 3.5% a remesas

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó recientemente un impuesto del 3.5% sobre las remesas enviadas desde territorio estadounidense hacia otros países, medida que forma parte del nuevo paquete presupuestal para el próximo año fiscal. Esta decisión ha generado preocupación entre millones de familias que dependen de estos recursos, especialmente en países como México, donde las remesas representan una fuente vital de ingresos.

El paquete fiscal fue turnado al Senado, que tendrá hasta el 30 de septiembre para ratificar o rechazar esta disposición. De aprobarse, el nuevo impuesto entraría en vigor en 2026, afectando directamente al flujo de dinero enviado por millones de migrantes a sus países de origen.

Expertos en economía han reaccionado ante esta decisión. Joan Domene, economista senior de Oxford Economics, explicó que el impacto en el flujo de remesas no será proporcional al nuevo impuesto, ya que es probable que los remitentes busquen alternativas no reguladas para evitar pagar la tasa establecida.

Por su parte, Carlos Serrano, economista jefe de BBVA México, señaló que muchos migrantes podrían absorber el costo adicional del gravamen para que sus familiares no vean reducidos sus ingresos. “Hace 20 años, enviar remesas costaba hasta 40 dólares en comisiones y aún así las enviaban”, recordó.

Pamela Díaz, economista para México en BNP Paribas, añadió que la fuerza laboral mexicana en Estados Unidos está más diversificada y consolidada que antes de la pandemia, lo que puede hacer que la reducción del flujo de remesas sea menos drástica de lo esperado.

La aprobación final de esta medida está ahora en manos del Senado, lo que mantiene en incertidumbre a millones de personas que dependen de este ingreso mensual para cubrir necesidades básicas como alimentación, salud y educación.

Congresista de EE.UU. propone gravar remesas a México: esto debes saber si envías dinero

Una nueva propuesta fiscal en Estados Unidos busca aplicar un impuesto a las remesas enviadas a México, lo que podría afectar a millones de trabajadores migrantes. La iniciativa fue presentada por el congresista republicano Jason Smith como parte del proyecto legislativo titulado “The One, Big, Beautiful Bill”, y contempla que el impuesto sea retenido directamente por las empresas remesadoras y pagado por el remitente.

De acuerdo con el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA), la medida aún debe ser aprobada por la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos. Si se aprueba, entraría en vigor a partir del año 2026. El impuesto impactaría tanto a migrantes indocumentados como a aquellos con residencia legal, pero sin ciudadanía estadounidense.

México es el principal receptor de remesas provenientes de EE.UU. En 2024, los ingresos por este concepto alcanzaron un récord de 64 mil 745 millones de dólares, de los cuales el 96.6 % provinieron del vecino del norte, según datos del Banco de México (Banxico). A pesar de la posible carga fiscal, expertos consideran que el impacto podría ser limitado.

Jesús Cervantes, director de estadísticas del CEMLA, señaló que es probable que los migrantes absorban este nuevo impuesto sin reducir el monto enviado. Por su parte, Gerónimo Ugarte, economista en jefe de Valmex Casa de Bolsa, afirmó que los migrantes podrían ajustar su consumo en EE.UU. para seguir apoyando a sus familias en México.

Sin embargo, Carlos López Jones, analista financiero, advirtió que algunos mexicanos podrían buscar alternativas de envío como criptomonedas, lo cual complicaría las estimaciones sobre el impacto real de la medida.

El Senado mexicano ya expresó su rechazo unánime a esta propuesta, calificándola como arbitraria e injusta. A pesar del entorno hostil hacia la migración, las remesas continúan siendo una fuente clave de ingreso. En marzo de 2025, México recibió 5 mil 150 millones de dólares, un aumento interanual del 2.7 %.

Según el CEMLA, en 2024 había 7.5 millones de migrantes mexicanos trabajando en EE.UU., de los cuales 2.4 millones contaban con ciudadanía y 5.1 millones no, lo que incluye residentes sin ciudadanía e indocumentados. En total, estos trabajadores enviaron el 16.7 % de su ingreso laboral como remesas, ligeramente por debajo del 17.9 % en 2023.