Con una abrumadora mayoría de 337 votos a favor y solo uno en contra, el Senado de Francia aprobó la controvertida “ley anti Shein”, destinada a regular el modelo de negocio de las plataformas extranjeras de moda ultra rápida, como Shein y Temu, y proteger al sector textil nacional. La iniciativa, impulsada por la diputada Anne-Cécile Violland, había superado su primera etapa en la Asamblea Nacional más de un año atrás.
Este paso legislativo convierte a Francia en el primer país del mundo en avanzar con una ley específica contra el fast fashion digital, un fenómeno caracterizado por el lanzamiento masivo de prendas a bajo costo y con constante rotación de colecciones.
¿Qué implica la nueva ley francesa contra Shein y Temu?
La normativa propone sanciones económicas de hasta siete euros por prenda en 2027 y diez euros por unidad en 2030 para las empresas que cumplan con criterios de “moda rápida”, los cuales se definirán por la cantidad de modelos o referencias lanzadas al mercado, no por el número total de prendas. Esta definición busca excluir a marcas como Inditex, H&M o Kiabi, pero sigue abierta a incluir empresas europeas que encajen en esos parámetros.
Además, el Senado añadió un nuevo impuesto de entre dos y cuatro euros por cada paquete pequeño enviado por compañías fuera de la Unión Europea, una medida que apunta directamente a limitar el crecimiento de Temu en el mercado francés.
Próximos pasos legislativos
Tras la aprobación en el Senado, se constituirá una comisión conjunta paritaria (CMP) entre diputados y senadores, que elaborará una versión unificada del texto. Se espera que este documento se vote a principios del próximo ciclo legislativo. A pesar de las modificaciones, la base de la ley permanece centrada en dos objetivos clave: la protección del medio ambiente y la defensa del comercio local.
Reacción de Shein y debate público
Quentin Ruffat, portavoz de Shein en Francia, criticó la medida, calificándola como una “ley antiusuarios”. Alegó que afectará directamente el poder adquisitivo de los consumidores, uno de los argumentos centrales de la defensa de la compañía china.
La ley ha generado amplio debate entre los defensores de un consumo responsable y sostenible y quienes priorizan el acceso a productos asequibles. No obstante, el avance legislativo posiciona a Francia como un referente europeo en el control del impacto ambiental y económico del fast fashion.