Calentar la comida en recipientes de plástico es una práctica común, pero ¿sabías que podría ser perjudicial para tu salud? Aunque los plásticos son parte de nuestra vida cotidiana, es importante conocer los riesgos asociados con su uso, especialmente cuando se trata de alimentos y calor.
Los Riesgos de Calentar Alimentos en Recipientes de Plástico
El plástico es un material que se encuentra en innumerables objetos, desde envases hasta utensilios de cocina. Sin embargo, no todos los plásticos son iguales. Muchos contienen sustancias como el Bisfenol A (BPA) y los ftalatos, que se utilizan para endurecer o flexibilizar el plástico. Estas sustancias son conocidas como disruptores endocrinos, es decir, pueden interferir con el sistema hormonal del cuerpo.
¿Por qué es peligroso? Estas sustancias químicas, cuando se calientan, pueden lixiviarse en los alimentos, especialmente cuando se utilizan recipientes de plástico en el microondas. Esto puede aumentar el riesgo de problemas de salud graves, como infertilidad, enfermedades de la tiroides, pubertad temprana, y diversos tipos de cáncer, como el de mama, útero y próstata. Un estudio también encontró que los ftalatos podrían contribuir a más de 100 mil muertes prematuras al año, aumentando el riesgo de mortalidad cardiovascular.
¿Deberías Dejar de Usar Plástico para Calentar Comida?
No necesariamente debes tirar todos tus recipientes de plástico, pero sí es recomendable tomar precauciones. La FDA regula el uso de plásticos en contacto con alimentos y establece límites para las sustancias químicas que se consideran seguras. Sin embargo, es mejor evitar ciertos tipos de plásticos, especialmente aquellos marcados con los números 1, 3, 6 o 7 en el símbolo de reciclaje, ya que son más propensos a liberar sustancias tóxicas al ser calentados.
Consejos para Calentar Comida de Forma Segura
Para proteger tu salud, sigue estas recomendaciones:
- Opta por recipientes de vidrio o cerámica: Son más seguros para calentar comida en el microondas.
- Evita plásticos con BPA y ftalatos: Busca productos etiquetados como libres de estas sustancias.
- Usa toallas de papel en lugar de tapas de plástico: Esto reduce la condensación que puede contener ftalatos.
- No reutilices plásticos desechables: Prefiere materiales como vidrio, acero inoxidable o cerámica para almacenar y calentar alimentos.
- Desecha plásticos viejos o dañados: Los plásticos agrietados o desgastados son más propensos a liberar sustancias químicas.
- No congeles ni calientes en plásticos: Evita este hábito para minimizar la exposición a toxinas.
Aunque no es posible eliminar completamente la exposición a estos químicos, es importante tomar medidas para reducirla. Hacer pequeños cambios, como utilizar recipientes más seguros y evitar el uso de plásticos en el microondas, puede tener un impacto positivo en tu salud a largo plazo.