La plataforma de hospedaje ofrece más de 4,800 alojamientos en esta entidad. La población local denuncia falta de servicios básicos, costos excesivos de vivienda y condiciones precarias de trabajo.
En Oaxaca, una de las ciudades más turísticas de México, la llegada de Airbnb ha generado un proceso de gentrificación que ha afectado a la población local. Los colectivos sociales se han manifestado contra la plataforma, acusando de falta de servicios básicos, costos excesivos de vivienda y condiciones precarias de trabajo.
El aumento de la oferta de alojamientos en Airbnb ha provocado un incremento en el precio de las rentas en la ciudad. Esto ha dificultado el acceso a la vivienda para los sectores más vulnerables, como mujeres solteras, trabajadores precarios, jóvenes e inmigrantes.
Además, las empresas inmobiliarias han comenzado a comprar viviendas en las zonas más turísticas para ofrecerlas a través de la plataforma. Esto ha provocado la expulsión de los habitantes originarios de estas zonas, que no pueden competir con los precios ofrecidos por las grandes compañías.
La falta de regulación de Airbnb en México ha facilitado el incumplimiento de las normas de seguridad y uso de suelo. Esto ha provocado problemas como la escasez de agua y el aumento de la inseguridad.
En respuesta a las protestas, el gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, calificó a los manifestantes de racistas. Sin embargo, los colectivos sociales han rechazado estas acusaciones y han exigido al Gobierno que regule la actividad de Airbnb para proteger los derechos de la población local.
En el informe del Congreso de Oaxaca se proponen reformas a cinco leyes para regular las actividades de Airbnb. Estas reformas buscan garantizar el cumplimiento de las normas de seguridad, uso de suelo y fiscalidad.
La regulación de Airbnb es una medida necesaria para afrontar el proceso de gentrificación en Oaxaca. Esta regulación debe garantizar el acceso a la vivienda para los sectores más vulnerables y proteger el patrimonio cultural de la ciudad.