La Policía de Tailandia investiga una demanda por difamación presentada contra la mexicana Fátima Bosch, ganadora de Miss Universo 2025, luego de una denuncia interpuesta por el empresario tailandés Nawat Itsaragrisil, director nacional del certamen en ese país y propietario de Miss Grand International (MGI). La comisaría de Watphrayakhrai, ubicada al sur de Bangkok, confirmó que recibió la denuncia el pasado 12 de noviembre y que el caso permanece en proceso de investigación.
Una portavoz de la comisaría señaló que Bosch, quien actualmente realiza una gira por medios de comunicación en Estados Unidos, aún no ha sido contactada por las autoridades tailandesas. Mientras tanto, MGI declaró a EFE que sus abogados llevarán el procedimiento “hasta sus últimas consecuencias”, especialmente después de que el documento legal fuera publicado en Facebook. La organización sostiene que Bosch continúa afirmando públicamente que Nawat la llamó “tonta” durante una discusión ocurrida el 4 de noviembre, un incidente que se viralizó en redes sociales.
Nawat negó haber insultado a la reina de belleza y decidió emprender acciones legales en su contra, además de pedir a los medios de comunicación “cautela” para evitar la difusión de acusaciones que considera falsas. La organización indicó que ya se presentó un primer conjunto de pruebas y que la Policía recopila más elementos para remitir el caso a la Fiscalía General, debido a que Bosch reside en el extranjero.
El conflicto se agravó luego de que Victoria Kjaer, Miss Universo previo y testigo del incidente, calificara la conducta del empresario como “muy irrespetuosa”. Asimismo, Fátima Bosch denunció en Instagram haber recibido mensajes de odio tras su coronación, en medio de señalamientos de un supuesto fraude.
La controversia creció cuando el pianista franco-libanés Omar Harfouch renunció a su cargo como jurado, acusando al certamen de presuntas irregularidades como “fraude, abuso de poder, corrupción, engaño, incumplimiento de contrato y daños morales”. Tanto Harfouch como otros dos miembros del jurado manifestaron que tomarían acciones legales contra Miss Universo, profundizando así la crisis en torno al certamen de belleza más influyente del mundo.


