Sheinbaum Garantiza que la Prohibición del Maíz Transgénico Será Constitucional

Sheinbaum aseguró que la prohibición al maíz transgénico quedará en la Constitución y dijo que la iniciativa ya está en Cámara de Diputados.

En respuesta a las tensiones comerciales con Estados Unidos sobre el maíz transgénico, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, reafirmó su compromiso de defender la biodiversidad del país y la salud pública al garantizar que la prohibición del maíz blanco genéticamente modificado se eleve a rango constitucional. Este anuncio llega en un momento clave, cuando México enfrenta un posible fallo desfavorable en el panel de controversias con Estados Unidos sobre las barreras impuestas al maíz transgénico.

El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, reveló el miércoles que México podría perder el arbitraje internacional sobre el tema, aunque el proceso está previsto para concluir en diciembre. A pesar de este panorama, Sheinbaum insistió en que la protección de la biodiversidad mexicana y la soberanía alimentaria son primordiales. La iniciativa para eliminar la producción de maíz blanco transgénico en México está a punto de ser aprobada en la Cámara de Diputados como parte de las reformas constitucionales propuestas por el ex presidente Andrés Manuel López Obrador.

«La autosuficiencia en la producción de maíz es esencial, y como gobierno, tenemos la responsabilidad de conservar nuestra biodiversidad, no solo la animal y vegetal, sino también la genética,» destacó Sheinbaum. La prohibición del maíz transgénico forma parte de los esfuerzos para preservar las distintas variedades de maíz que han sido cultivadas por generaciones en las comunidades indígenas de México.

México es autosuficiente en maíz blanco, aunque el país importa más de 18 millones de toneladas de maíz amarillo, mayormente destinado al forraje. Sin embargo, la producción de maíz blanco es esencial para el consumo humano, especialmente para la elaboración de tortillas y masa. En este contexto, Sheinbaum subrayó que la biodiversidad genética de los maíces mexicanos, que ha sido preservada durante siglos, corre el riesgo de desaparecer con la introducción de maíces híbridos y transgénicos.

La presidenta también destacó que, si bien algunos sectores argumentan que los organismos genéticamente modificados podrían tener efectos adversos para la salud, el verdadero problema radica en la dependencia de los campesinos hacia las semillas transgénicas. Esta dependencia amenaza la diversidad genética que ha sido una piedra angular de la agricultura mexicana.

En cuanto al maíz amarillo, destinado principalmente para la alimentación animal y la producción de carne, Sheinbaum aclaró que las reglas comerciales de este grano se tratarán por separado. Sin embargo, aseguró que la prioridad será garantizar que el maíz blanco mexicano permanezca libre de modificaciones genéticas y que esta decisión se consolide en la Constitución.

Este paso en favor de la soberanía alimentaria y la protección de los recursos naturales de México subraya el compromiso del gobierno federal para mantener un control sobre su producción agrícola y la preservación de su rica biodiversidad.