La reciente imposición de un arancel del 145 % a las importaciones chinas por parte del expresidente Donald Trump ya está generando consecuencias directas para los consumidores estadounidenses. Plataformas de comercio electrónico como Shein y Temu, que venden productos fabricados en China, han comenzado a transferir los costos arancelarios a sus usuarios, provocando aumentos de precios de hasta 377 % en algunos artículos.
Un ejemplo claro es el caso de un juego de paños de cocina en Temu, que pasó de costar 1.28 dólares el 24 de abril a 6.10 dólares al día siguiente. En Shein, los precios promedio de sus 100 productos más vendidos en categorías como juguetes, belleza y artículos para el hogar aumentaron entre un 20 y 40 % en tan solo dos semanas. La ropa femenina también registró un alza del 9 %, afectando directamente a millones de consumidores que habían encontrado en estas plataformas opciones accesibles.
“Estoy muy disgustada porque me encanta Shein. Probablemente no compraré tanto allí y terminaré yendo al centro comercial”, comentó Priscilla Blazer, una consumidora de Florida, afectada por los recientes incrementos.
El impacto de los aranceles se extiende a Amazon y Walmart
Los efectos no se limitan a Shein y Temu. Según la Asociación de Comercio Electrónico Transfronterizo de Shenzhen, miles de exportadores chinos han comenzado a subir precios en marketplaces como Amazon y Walmart, en algunos casos hasta un 30 %. Mientras tanto, minoristas estadounidenses enfrentan la disyuntiva de absorber los costos o trasladarlos al cliente final, lo que podría afectar sus márgenes y el precio de sus acciones.
Walmart, por ejemplo, pidió recientemente a una fábrica de adornos navideños en China que elimine las etiquetas de precio, anticipando la necesidad de ajustar tarifas. Otros comerciantes como HCMobi, especializada en auriculares para natación, ya planean reflejar el incremento de aranceles en su próximo envío.
El escenario se complica con la incertidumbre sobre la duración de estos impuestos. Aunque Trump asegura que “China soportará el golpe”, analistas y economistas advierten que los consumidores estadounidenses ya están asumiendo gran parte del impacto en sus compras cotidianas.