La influencer mexicana Priscila Escoto, conocida por presumir su estilo de vida lujoso en TikTok, se volvió tendencia esta semana luego de que usuarios comenzaran a cuestionar la autenticidad de sus bolsos de diseñador, tras la viralización de un video del tiktoker chino Senbags.
En su publicación, Senbags reveló que varias marcas de lujo fabrican sus productos en China, y posteriormente los envían a Europa para colocarles etiquetas como “Made in Italy” o “Made in France”. Esta práctica, aunque legal y común en la industria de la moda, ha generado una ola de comentarios sarcásticos y críticas en redes sociales, especialmente dirigidas a influencers como Escoto.
Con más de un millón de seguidores, Priscila ha compartido contenido mostrando bolsos de marcas como Chanel, Louis Vuitton y Hermès. Sin embargo, lo que antes era motivo de admiración, ahora ha sido objeto de burla. Frases como “Qué elegancia la de China”, “Yo presumiendo lujo y resulta que es de fábrica asiática” o “Somos abundancia, todas tenemos bolsas ‘exclusivas’” se repiten entre los comentarios.
El debate detrás del lujo y la procedencia
Este episodio ha desatado una conversación sobre el verdadero valor del lujo, la transparencia en la industria de la moda y el papel de los influencers en la construcción de aspiraciones de consumo. Aunque Escoto no ha emitido una declaración pública, sus publicaciones siguen acumulando visualizaciones y reacciones encontradas.
La polémica también se da en el contexto de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, que han impactado las cadenas de suministro globales y expuesto prácticas poco conocidas de grandes marcas.
Más allá de las burlas, este caso evidencia cómo un dato revelador puede convertirse en tendencia viral y poner en jaque la imagen pública de los influencers en redes sociales.