La influencer Verónica Melendes Coronado, conocida como Luna Bella, ha generado una nueva controversia al grabar un video sexual en un vagón de la Línea 1 del Metro de la Ciudad de México, provocando la furia de los usuarios y una respuesta oficial del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro.
¿Qué Ocurrió?
Este fin de semana, Luna Bella se convirtió en el centro de atención al difundirse en redes sociales varios videos en los que aparece protagonizando actos sexuales explícitos con dos hombres en un vagón de la Línea 1 del Metro, que corre de Observatorio a Pantitlán. En las grabaciones, se observa a los hombres vistiendo uniformes de policía y participando activamente en prácticas sexuales con la actriz porno. Según se reporta, la grabación se realizó durante la noche, aprovechando la menor afluencia de usuarios.
Luna Bella no es ajena a la controversia, ya que en 2012 protagonizó un incidente similar en el Metro de Monterrey, donde también realizó actos sexuales en un vagón, generando en su momento una amplia desaprobación pública y una denuncia por actos inmorales.
Respuesta del Metro de la Ciudad de México
Ante el escándalo, el STC Metro emitió un comunicado en sus redes sociales para esclarecer su postura y las medidas a tomar. Las autoridades indicaron que las personas en los videos eran actores y extras, y no usuarios comunes del transporte público.
«En relación a las publicaciones en redes sociales, se ha detectado que los videos en referencia son cuentas de particulares que buscan, a través de este contenido, promover intereses personales. Las personas que aparecen en las imágenes publicadas en los últimos días no son usuarios, sino actores y extras que de forma consensuada participan en la grabación», especificaron en el comunicado.
El Metro subrayó su respeto por la libertad de expresión, pero condenó el uso de sus instalaciones para fines personales y la generación de popularidad en cuentas particulares. Además, anunciaron un refuerzo en las medidas de seguridad y vigilancia dentro de las instalaciones, especialmente en horarios nocturnos.
«De igual forma se refuerza la vigilancia y los rondines en trenes, principalmente en horario nocturno, con la finalidad de inhibir cualquier anomalía», añadieron, destacando una disminución del 78% en la incidencia delictiva durante la presente administración.
Indignación en Redes Sociales
La reacción de los usuarios en redes sociales no se hizo esperar, mostrando un rechazo casi unánime tanto hacia las acciones de Luna Bella como hacia la respuesta de las autoridades del Metro. Los internautas inundaron X (antes Twitter) con comentarios de indignación, cuestionando la permisividad mostrada en este caso en comparación con otras situaciones donde las autoridades del Metro han sido mucho más estrictas.
Un incidente mencionado recurrentemente fue el caso de abril de 2024, cuando un hombre fue sacado de las instalaciones por trasladar a su perrita sin las medidas necesarias, pese a que la canina necesitaba atención médica urgente.
«En el @MetroCDMX si transportas a tu perrito enfermo llega la policía y te sacan como a un delincuente, pero si llega #LunaBella, tiene sexo dentro de los vagones, puedes grabar pornografía y nadie te detendrá», comentó un usuario, señalando la inconsistencia en la aplicación de las reglas.
La indignación también trajo a la memoria el caso de Viviana Salgado en febrero de 2023. Salgado, de 41 años, fue acusada de sabotaje luego de que unas aspas de lavadora que llevaba cayeran accidentalmente en las vías del Metro. Detenida y encarcelada, su caso generó una amplia desaprobación pública.
«A ella la metieron a la cárcel, pero a Luna Bella las autoridades le permitieron que hiciera un SQUIRT en el metro sin consecuencia alguna», comentó otro internauta, reflejando una percepción de injusticia y aplicación desigual de la ley.
La controversia alrededor de Luna Bella ha expuesto no solo las acciones provocadoras de la influencer, sino también las debilidades en la gestión de incidentes por parte del STC Metro. A medida que la indignación crece, se multiplican las voces que piden una revisión exhaustiva de las políticas del Metro y mayor transparencia en la toma de decisiones, dejando una pregunta abierta sobre cómo se abordarán situaciones similares en el futuro.