Una tragedia sacudió a la comunidad de Coronel Dorrego, Buenos Aires, el pasado 30 de julio, cuando Solange Ábalos, una mujer de 34 años, falleció repentinamente mientras realizaba una rutina de ejercicio en un gimnasio local.
Solange había retomado el ejercicio apenas una semana antes, con el objetivo de mejorar su salud. Junto a su amiga Marina Aneley, realizaba una rutina de baja intensidad bajo la supervisión de entrenadores, que incluía caminadora, bicicleta fija y ejercicios leves. Sin embargo, durante una pausa, Solange expresó sentir un tirón en la cabeza, cayó al suelo y perdió el conocimiento.
El personal del gimnasio actuó de inmediato, utilizando un desfibrilador y aplicando maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP). A pesar de los esfuerzos, cuando los servicios de emergencia llegaron al lugar, ya no presentaba signos vitales.
La autopsia realizada por las autoridades confirmó que la causa del fallecimiento fue un accidente cerebrovascular (ACV) hemorrágico de gran magnitud y origen orgánico. Aunque Solange no tenía antecedentes de salud graves ni hábitos nocivos, como el consumo de alcohol o tabaco, el evento ocurrió de manera fulminante.
Solange era madre de cuatro hijos y fue descrita por quienes la conocían como una mujer alegre, respetuosa y comprometida con su bienestar.
❗¿Qué es un ACV hemorrágico?
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), los ACV pueden estar relacionados con factores como la hipertensión, el estrés, la mala alimentación, la inactividad física o la obesidad. Aunque suelen presentarse en personas mayores, también pueden afectar a jóvenes aparentemente sanos.
Este caso pone en evidencia la importancia de realizarse controles médicos preventivos antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, incluso si se trata de rutinas suaves o de bajo impacto.