Tras intensas negociaciones en Ginebra, Estados Unidos y China alcanzaron un acuerdo comercial parcial que establece una reducción significativa en los aranceles impuestos por ambas potencias en los últimos meses. El anuncio se dio a conocer el lunes y se espera que las nuevas medidas entren en vigor antes del miércoles.
Como parte del acuerdo, Estados Unidos reducirá del 145% al 30% los aranceles adicionales que impuso este año a las importaciones chinas. Por su parte, China disminuirá sus aranceles del 125% al 10%, en un gesto recíproco que busca aliviar las tensiones en medio de una prolongada guerra comercial.
El pacto también contempla la suspensión de ciertas barreras no arancelarias implementadas por China desde el 2 de abril. Sin embargo, algunas medidas previas, como las sanciones impuestas a empresas estadounidenses de defensa y tecnología, y la investigación antidumping sobre DuPont y Google, no serán revertidas de inmediato.
Según el comunicado conjunto, Washington eliminará los aranceles conocidos como del «Día de la Liberación», que alcanzaban un 34%, y mantendrá solo un 10% durante los próximos 90 días. China igualará esta reducción y retirará la mayoría de sus aranceles adicionales desde abril, dejando únicamente una tasa del 10%.
A pesar del avance, algunos sectores estratégicos como los vehículos eléctricos, el acero y el aluminio seguirán gravados con medidas comerciales anteriores, muchas de ellas implementadas durante el gobierno de Donald Trump.
El caso de las tierras raras —minerales clave para la tecnología y defensa— sigue siendo incierto. Aunque China exige licencias para su exportación desde abril, no está claro si revertirá esta medida como parte del acuerdo, ya que afecta a todos los países, no solo a Estados Unidos.
El acuerdo es un paso hacia la desescalada del conflicto comercial entre China y EE. UU., pero deja pendientes temas clave como la protección de propiedad intelectual y el acceso equitativo al mercado.