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Profeco sanciona a cuatro terrazas del Zócalo de Ciudad de México por abuso al consumidor

Sheffield recordó el reporte emitido por una familia colombiana el pasado 7 de septiembre, que llamó a la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) para denunciar un suceso de estas características. “Las redes sociales tienen un efecto desfasado de la vida real. El 21 de octubre [a partir de otro reporte] se hizo viral el incidente del 7 de septiembre”, recordó el procurador, quien aseguró que fue, a partir de ese caso, el momento en el que comenzó la detección de los cuatro establecimientos sancionados.

Sheffield mencionó el suceso compartido por la periodista mexicana Betzabé Zumaya que, a través de un tuit publicado el pasado 21 de octubre, mostró la cuenta con los precios de un restaurante frente al Palacio Nacional. “Me vieron cara de turista en mi propio país, qué decepción”, criticaba Zumaya. Entre los diferentes precios, destaca el de los tacos de arrachera, a 420 pesos cada unidad.

La publicación del tuit generó una oleada de indignación. Tras varias reuniones, se publicaron algunos puntos básicos como la no discriminación dentro de los locales y la obligación de “adquirir los productos con los precios y montos informados” u “obtener factura de compra”. EL PAÍS recorrió en temporada de Día de Muertos algunos de los locales para detectar si cambió la situación. En el trayecto, el diario detectó que algunas prácticas sí habían cambiado, aunque otras parecían irremediables.

La Procuraduría reiteró durante la conferencia los 10 puntos acordados tras las reuniones, que deben cumplir los negocios: precios exhibidos claramente, la propina voluntaria, la entrega de un comprobante (la cuenta), la información completa del menú, el alcance de las promociones claramente explicado, la prohibición de exigir el consumo mínimo, el cumplimiento del horario, la aceptación de billetes “de cualquier denominación” y la especificación clara de los métodos de pago.

Sheinbaum aseguró en su intervención que “cada restaurante tiene sus características” y que esa es, precisamente, “la riqueza de la ciudad”. “Lo que no queremos es que haya abusos, que la gente se siente en un restaurante y sepa cuánto va a pagar en su cuenta. La idea es prevenir”, indicó la jefa de Gobierno de la capital.