En marzo de 2024, Alejandra Martínez Ceccopieri presentó una queja formal ante la Oficina de Defensa del Consumidor (Odeco) Zona Nororiente en Reynosa, Tamaulipas, tras enfrentar problemas con su camioneta ZR Elegance Red Vans de MG Motor, la cual presentó fallas mecánicas poco tiempo después de su compra.
A pesar de que el distribuidor de MG realizó reparaciones, las fallas continuaron, lo que llevó a Alejandra a exigir la cancelación del contrato y el reembolso de su dinero. Ante esta situación, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) actuó como mediador, llevando a cabo un total de siete diligencias para brindar apoyo y asesoría.
Sin embargo, al no lograr una resolución satisfactoria en un principio, Alejandra recurrió a otras instancias legales, incluyendo la vía mercantil, respaldada por asesoría particular. La tensión llegó a su punto máximo cuando Alejandra organizó una protesta frente a la agencia automotriz, que rápidamente se convirtió en un evento viral con mariachi, banda y disfraces.
Este acto de protesta llamó la atención de la Odeco, quien convocó a un representante de MG Motor para una nueva sesión de conciliación. Gracias a la intervención de Profeco, ambas partes lograron llegar a un acuerdo satisfactorio, cuyas condiciones fueron mantenidas en confidencialidad por la empresa.
Profeco validó el acuerdo alcanzado, asegurando su cumplimiento en beneficio de Alejandra. Aún siguen en marcha las negociaciones entre las partes para formalizar un convenio que documente los términos definitivos de la conciliación.
Este caso resalta la importancia de los mecanismos de protección al consumidor en México y la intervención de Profeco para asegurar que se cumplan los derechos de los compradores, especialmente en situaciones de productos defectuosos.