Tupperware, icónico fabricante de los populares «tuppers», ha dado un paso crucial para salir de la crisis financiera en la que se encuentra. La empresa ha alcanzado un acuerdo preliminar con un grupo de acreedores, incluidos Stonehill Capital Management Partners y Alden Global Capital, que permitirá a la compañía reestructurar su deuda y relanzar su modelo de negocio. Este acuerdo representa una nueva etapa para la empresa, que durante años ha lidiado con una deuda creciente y un modelo operativo que ha quedado obsoleto frente a las exigencias del mercado actual.
El acuerdo preliminar establece que Tupperware venderá a sus acreedores una parte importante de sus activos, incluida la propiedad intelectual necesaria para crear y comercializar productos bajo la marca Tupperware. Además, se desprenderá de algunos activos tanto en Estados Unidos como en sus filiales internacionales, permitiendo a la compañía concentrarse en sus mercados más importantes.
A pesar de la reestructuración, los clientes seguirán teniendo acceso a los productos de Tupperware a través de sus tradicionales sistemas de venta, como los consejeros locales y plataformas en línea, garantizando la continuidad de la marca en los principales mercados mundiales. Sin embargo, la empresa cerrará operaciones en aquellos mercados que no sean considerados esenciales para su estrategia futura.
Tupperware se declaró en bancarrota a mediados de septiembre, reportando un pasivo estimado entre 1,000 millones y 10,000 millones de dólares, frente a activos valorados entre 500 millones y 1,000 millones de dólares. La transacción con sus acreedores representa una última oportunidad para la marca de adaptarse a un panorama de consumo cambiante y superar los desafíos financieros que ha enfrentado en los últimos años.
Este acuerdo busca no solo aliviar la presión financiera, sino también reposicionar a Tupperware como una marca viable en el competitivo mercado actual, fortaleciendo su presencia en aquellos territorios clave y modernizando su modelo de negocio.